Gobierno Verde
¿Gobierno verde? 7/28/2007 Por Grace Jaramillo
Tenemos a un economista ambiental en la Secretaría de Planificación, tenemos a una reconocida ambientalista en la Cancillería y tenemos un Ministerio del Ambiente que mal que mal funciona y, sin embargo, tenemos decisiones como el Decreto 486 de la Presidencia de la República, que permite la captura ‘incidental’ de tiburones. Ivonne Baki está más interesada en detener la captura de tiburones que miembros del equipo verde del Gobierno. ¿Está el mundo al revés? ¿Estamos siendo profundamente injustos?Simplemente entrando al sitio virtual de la Presidencia de la República y leyendo el Decreto, es posible entender que el mismo Gobierno está seriamente confundido con lo que propone. Hay literalmente 11 párrafos en el preámbulo, en los que señala repetidamente que las especies de tiburones que viven en nuestras costas están en peligro de extinción, que el Ecuador tiene que respetar los acuerdos internacionales en esta materia y que la Constitución demanda un manejo adecuado de los recursos naturales. Pero al final hay un párrafo en el cual se dice que (a pesar de todo lo citado) se revisará la política, acogiendo el pedido de las cooperativas de pescadores artesanales. Luego, en la parte que decreta, la mitad son prohibiciones y la otra mitad son condiciones bajo las cuales se obtiene el certificado de legalización para los llamados incidentales.Por un lado bien, digamos que entramos en la era de la certificación ambiental de la depredación ambiental.
Como dijo la Canciller, ahora al menos tendremos certificados de quienes depredan. El único problema con eso es que realmente no tenemos capacidad como país para poner guardias, certificadores y patrulleros marítimos en cada puerto. Pero si como dice el Presidente, se trata de 240 000 pescadores artesanales, y hay como 20 guardias poniendo ojo a la pesca de aleta de tiburón, estamos en problemas. Es imposible garantizar que no existan abusos y si al patrullaje de las aletas de tiburón, sumamos el de la explotación maderera, del contrabando de gas, el de gasolina y la especulación de los precios, resulta que en lugar de la revolución ciudadana tendremos la del panóptico. Necesitaremos un policía u oficial militar por cada infractor, no habrá ejércitos suficientes para perseguir a tanta gente.Si ahora que la pesca de tiburón está prohibida, aparecen cientos de aletas y tiburones muertos en los patrullajes aleatorios, imaginémonos cuando el Decreto entre en efectiva vigencia. No sabemos ni siquiera la población actual de las tres especies de tiburón que están en la lista roja.Lo que es peor, toda esta idea de que somos un Estado serio que respete un esquema claro de desarrollo sostenible quedará en el limbo. No podemos andar por el mundo promocionando la preservación ambiental a perpetuidad del campo ITT y al mismo tiempo presentar un dudoso récord ambiental en otros escenarios. Pero volvemos al mismo problema de siempre. Reflexionar va a ser asimilado con criticar y puntualizar será equiparado con atacar. En escenarios así, el espacio para la corrección es muy escaso. Y esta nota habrá gastado tinta en vano o agudizado el enfoque de democracia participativa sin participación en las esferas gubernamentales.
Tenemos a un economista ambiental en la Secretaría de Planificación, tenemos a una reconocida ambientalista en la Cancillería y tenemos un Ministerio del Ambiente que mal que mal funciona y, sin embargo, tenemos decisiones como el Decreto 486 de la Presidencia de la República, que permite la captura ‘incidental’ de tiburones. Ivonne Baki está más interesada en detener la captura de tiburones que miembros del equipo verde del Gobierno. ¿Está el mundo al revés? ¿Estamos siendo profundamente injustos?Simplemente entrando al sitio virtual de la Presidencia de la República y leyendo el Decreto, es posible entender que el mismo Gobierno está seriamente confundido con lo que propone. Hay literalmente 11 párrafos en el preámbulo, en los que señala repetidamente que las especies de tiburones que viven en nuestras costas están en peligro de extinción, que el Ecuador tiene que respetar los acuerdos internacionales en esta materia y que la Constitución demanda un manejo adecuado de los recursos naturales. Pero al final hay un párrafo en el cual se dice que (a pesar de todo lo citado) se revisará la política, acogiendo el pedido de las cooperativas de pescadores artesanales. Luego, en la parte que decreta, la mitad son prohibiciones y la otra mitad son condiciones bajo las cuales se obtiene el certificado de legalización para los llamados incidentales.Por un lado bien, digamos que entramos en la era de la certificación ambiental de la depredación ambiental.
Como dijo la Canciller, ahora al menos tendremos certificados de quienes depredan. El único problema con eso es que realmente no tenemos capacidad como país para poner guardias, certificadores y patrulleros marítimos en cada puerto. Pero si como dice el Presidente, se trata de 240 000 pescadores artesanales, y hay como 20 guardias poniendo ojo a la pesca de aleta de tiburón, estamos en problemas. Es imposible garantizar que no existan abusos y si al patrullaje de las aletas de tiburón, sumamos el de la explotación maderera, del contrabando de gas, el de gasolina y la especulación de los precios, resulta que en lugar de la revolución ciudadana tendremos la del panóptico. Necesitaremos un policía u oficial militar por cada infractor, no habrá ejércitos suficientes para perseguir a tanta gente.Si ahora que la pesca de tiburón está prohibida, aparecen cientos de aletas y tiburones muertos en los patrullajes aleatorios, imaginémonos cuando el Decreto entre en efectiva vigencia. No sabemos ni siquiera la población actual de las tres especies de tiburón que están en la lista roja.Lo que es peor, toda esta idea de que somos un Estado serio que respete un esquema claro de desarrollo sostenible quedará en el limbo. No podemos andar por el mundo promocionando la preservación ambiental a perpetuidad del campo ITT y al mismo tiempo presentar un dudoso récord ambiental en otros escenarios. Pero volvemos al mismo problema de siempre. Reflexionar va a ser asimilado con criticar y puntualizar será equiparado con atacar. En escenarios así, el espacio para la corrección es muy escaso. Y esta nota habrá gastado tinta en vano o agudizado el enfoque de democracia participativa sin participación en las esferas gubernamentales.
posted by eco rastreadores at
1:23 PM
