No deforestación

October 18, 2006

Los bosques en Esmeraldas se reducen (El Comercio)

Los bosques en Esmeraldas se reducen
La gente insiste que la explotación de madera es su sustento. Los proyectos de ayuda fracasaron. Ampliar Imagen Foto:EL COMERCIO

Andrés Jaramillo. Redacción Esmeraldas

Desiertas. Así lucen 1 502 hectáreas de tierras al norte de Esmeraldas. Este lugar era uno de los pocos remanentes de bosque primario (región natural sin transformaciones) que le quedaban a la antes ‘provincia verde’.

La tala de madera acabó, de forma paulatina, con casi todo el boscaje de la zona y su ecosistema.

Este lugar se encuentra a 40 minutos del cantón San Lorenzo. El territorio pertenece a la comunidad chachi Las Ceibas. Cerca de 250 indígenas viven en el lugar.

Aunque aseguran que la conservación del entorno es parte de su identidad ancestral, confiesan que ellos fueron parte de la sobre-explotación del sector.

Milton Tapia, profesor de ese sector, asegura que la comunidad vendió el bosque primario del sitio a varias empresas madereras. “La tala de árboles se inició en el 2000 y hasta la fecha se ha vendido alrededor del 99 por ciento del área en la que se asienta la población. Somos muy pobres. No tenemos servicios básicos, vías de acceso, ni formas de sobrevivir... Nadie nos da empleo y todos los días tenemos que comer. Las madereras vinieron y nos ofrecieron recursos. Nosotros aceptamos”.

Las empresas Setrafor y Codesa las compraron. Según Tapia, pagaron 10 dólares por cada metro cúbico, lo que representa alrededor de 35 dólares por árbol. La última venta fue hace dos años a Codesa.

César Gutiérrez, jefe del Departamento Forestal de esta maderera, confirma que sí se realizó la compra, pero asegura que fue en el 2000 y no en el 2004, como se dice en la comunidad. “Nosotros compramos cerca de 50 ha. La explotación se hizo en mutuo acuerdo con la comunidad. Incluso abrimos una vía de acceso de 2 1/2 km, como obra complementaria. Todo fue apegado a la ley”.

Carlos Corozo, líder forestal de la DirecciónProvincial del Ministerio del Ambiente, confirma que dicha empresa contaba con los permisos respectivos de explotación. Empero, puntualiza que el Ministerio solo autorizó la tala del 40 por ciento del área. “Si usted tiene 10 árboles, solo puede talar cuatro, según la ley. Si en verdad se taló tanto bosque como dice la comunidad, nos enfrentamos a un problema serio. Esto puede traer efectos negativos”.

Julio Moreno, técnico forestal, resume esos problemas: “Inundaciones. Si no hay árboles para soportar el agua cuando llueve, se concentra en la tierra. La vida silvestre desaparece. Los animales y la vegetación no tienen dónde vivir y la biodiversidad se termina”.

En el lugar existía una variedad de árboles originarios como guayacán, chanul, mascarey y sande. También especies como la guanta, tatabra, venado, loro... Esta desaparición progresiva de especies alteró la vida de la comunidad chachi. Sus pobladores, tras seis años de tala intensiva, se muestran arrepentidos ante las consecuencias del hecho.

“Antes salía a cazar y me traía mínimo dos guantas. Nos duraba para comer toda la semana. Ahora usted puede pasar toda la noche y no coge nada. Igual con la tierra, como que se quedó infértil, porque sembramos algo y no crece”. Así describe la situación Fausto Niño, miembro de la comunidad.

Según un estudio referencial del Proyecto de Desarrollo Rural de Esmeraldas, por año se talan entre 25 000 y 30 000 ha, de las cuales el 60 por ciento corresponde al norte de la provincia.

La Dirección del Ministerio del Ambiente se comprometió en visitar el sector para diagnosticar la situación, en los próximos días. Corozo sostiene que de comprobarse la sobreexplotación de la madera se tomarán acciones inmediatas. “Si existe el problema hay que remediarlo. Haremos un programa de forestación agresiva y masiva.

Se tonificará el suelo para que la vida vegetal retorne”.

Pero Oswaldo Guerrero, asesor de proyectos forestales, insiste en que los problemas forestales de Esmeraldas se discuten en Quito, en hoteles y alejados de la realidad de la zona y de los actores.

Guerrero considera que es necesario transferir las competencias a los organismos regionales. “Ellos están cerca del problema y les es más fácil cuestionar y tomar acciones. Además, es importantísimo que estos organismos sean controlados por la ciudadanía”.

Hace tres décadas

La deforestación masiva
en Esmeraldas se inició en los 70. En 1966, el Estado aprobó una ley a favor de las concesiones forestales. Las empresas madereras se instalaron en la provincia.

La construcción de la vía Ibarra-San Lorenzo y la que une con Manabí facilitan la deforestación. Son aprovechadas para la comercialización de madera.

La madera es utilizada para elaborar contrachapados (tablero formado por superposición de hojas previamente encoladas). Es utilizado en la construcción.